Batman the dark knight returns
Daredevil vol 1 nº 7
Cuenta la leyenda que un día de 1995, mi viejo me lleva a
conocer el Club del Comic, que en ese momento se encontraba en un localcito
chiquito sobre Av. Rivadavia.
En ese momento me llamó la atención
un cómic del que había leído mucho y ahora se encontraba frente a mí: “El
retorno del Caballero Nocturo” de Frank Miller.
Después de romperle las bolas mucho
mi viejo accedió a comprarme el recopilatorio que había sacado Zinco (el cuál
todavía conservo) y me zambullí en una historia que me impactó.
Debo decir que no era el Batman al
que estaba acostumbrado el de Jim Aparo, Alan Grant y Norm Breyflogle y
ciertamente no era Adam West.
La historia transcurría en un futuro
donde Batman estaba retirado luego de la muerte de Jason Todd (tres años antes
de que DC lo matara oficialmente) y Gotham se había convertido en un agujero de
corrupción y decadencia.
En ese viaje atestigue como Bruce
Wayne era sometido por su demonio interior justo la noche del aniversario de la
muerte de sus padres (y justo cuando en TV estaban pasado “La marca del Zorro”)
y así reaparece Batman, sintiendo la emoción de su vuelta aún cuando nunca se
había ido. Pero eso sólo lo hacen las buenas historias.
Ahora cerca del final y sin spoilear
a los que no la leyeron (o vieron el OVA) Batman tiene un enfrentamiento con
Superman que en la personalísima versión
de Miller es una herramienta del estado y representa el status quo, siendo
Batman un elemento totalmente anárquico (lo que me hace pensar cuanto cambio el
pensamiento de Miller y lo facho que se volvió con el tiempo).
El final es un duelo entre Batman y
Superman, la primera vez que estos personajes se enfrentaban, no porque
estuvieran poseídos por un villano, sino por sus posturas políticas algo que
con variantes se mantuvo en la continuidad normal.
Esta batalla me resulto espectacular
con Batman utilizando el mismo lugar de la muerte de sus padres, conectando su
armadura al poste en el cual quedaron inertes los cuerpos de los Waynes, poste
por el medio del cual conecto la armadura a la red eléctrica de la ciudad lo
que le permitió mucho aguante para combatir al Kryptoniano.
Que genio este Miller, que creativo
sí señor.
Flashforward al año 2013, Boca anda para la mierda, y pateo las calles de Tribunales. En una librería de la calle Corrientes famosa por sus saldos, pesco un librito gallego que trae una selección de historias de Daredevil.
Como al hojearlo veo que trae varios
números de la etapa de Miller me lo anexo y comienzo a leerlo.
Una de las primeras historias es el
clásico nº 7, con guiones del por entonces genio omnipresente Stan Lee y
dibujos de Bill Everett en donde se introduce el famoso traje rojo que acompaña
al personaje al día de hoy.
La historia es una mezcla bizarra de
“court room drama” al estilo “La ley y el orden” y cómic de superhéroes ya que
Matt Murdock debe defender a Namor, The Submariner como abogado y a su vez
detenerlo como Daredevil cuando este se escapa entra en modo Terminator y esta
decido a liquidar todo a su paso antes de llegar a la costa.
Daredevil recibe una paliza de
aquellas hasta que SURPRISE tiene la idea de CONECTAR SU BASTÓN a un palo de
luz y así CONSIGUE FRENAR
MOMENTANEAMENTE a Namor gracias a la energía de la
red eléctrica de la ciudad de New York, lo que no impide que el pobre diablo
quede nock out.